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Devocional

Investidos con Su poder, están listos para liderar

11 de julio de 2023

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Es Cristo, nuestro Salvador, quien caminó perfectamente por la senda de los convenios y obtuvo todo poder. Con Su poder y nuestro albedrío, Él nos transforma desinteresadamente para llegar a ser como Él, si ese es nuestro deseo.


Tenemos la intención de modificar la traducción cuando sea necesario. Si tiene alguna sugerencia, escríbanos a speeches.spa@byu.edu

Después de haber rechazado la propuesta de matrimonio de mi padre dos veces, mi madre, durante un devocional de BYU hace sesenta y cinco años este verano, se acercó a mi padre y susurró: “Sí”.

A duras penas pudo contener las ganas de levantarse y gritar de alegría, pero con el presidente Joseph Fielding Smith como orador, se mantuvo sentado en silencio. Si alguien aquí tiene algo importante que decirle a la persona sentada a su lado, ¡ahora es el momento perfecto para hacerlo! No hace falta decir que estoy agradecida por los devocionales de BYU.

Unos meses después de comprometerse, mis padres decidieron eludir las formalidades y casarse en el Templo de Salt Lake. De camino a casa, mi mamá fue a su apartamento, empacó sus cosas y anunció que esa noche dormiría con Al. Preocupadas, y con razón, sus compañeras de cuarto llamaron al obispo, solo para que les dijera: “Ya era hora. ¡Han estado casados por un buen rato!”.

Mis padres continuaron sus estudios aquí en BYU y, en el primer año de matrimonio, mi mamá dio a luz a una hija. Algunos pueden recordar la historia del entonces élder Spencer W. Kimball ayudando a una mujer embarazada varada en un aeropuerto, quien empujaba a su pequeña hija con el pie. Debido a un aborto espontáneo amenazante, tenía órdenes del médico de no levantar a la niña. El élder Kimball consoló a la mujer, a la que nunca había conocido y de la que no sabía nada, le dio a la niña un trozo de goma de mascar y consiguió que la joven madre embarazada y exhausta, junto con su hija de dos años, mojada y hambrienta, abordarán el próximo vuelo desde el Aeropuerto Internacional de Chicago O’Hare1.

Esa joven embarazada era mi madre. Después de esta experiencia con el élder Kimball, mis padres tuvieron la bendición de tener diez hijos más nacidos de forma natural, adoptaron a otro y también criaron al sobrino de mi padre, que ahora es mi hermano. Su capacidad para criar a trece hijos fue claramente un milagro. Soy la duodécima de estos trece hijos. Mis padres eran verdaderos líderes.

Al igual que mi mamá, yo también asistí a BYU. A diferencia de mi mamá, a la edad de veintiún años envié los papeles para la misión. Le aclaré a mi padre, que prestaba servicio como mi presidente de estaca, que el único lugar en el mundo en el que no quería servir era la misión de habla hispana en el Centro de Visitantes del Templo de Los Ángeles. Digamos que las lágrimas que derramaba cuando abrí mi llamamiento no eran lágrimas de gozo. Durante mi misión, el Señor me demostró una y otra vez que Sus caminos verdaderamente son más altos que los míos2. ¡Amé mi misión!

Después de mi misión, regresé a BYU y comencé a tratar de determinar mi camino en la vida. Mientras caminaba hacia el edificio Joseph Smith para asistir a mi clase de religión, la inscripción en la pared exterior —“Enseñaos diligentemente y mi gracia os acompañará”3— me detuvo en seco. De alguna manera supe que debía ser maestra de religión. Aunque me sentía extremadamente incapaz, Dios me prometió Su gracia si enseñaba diligentemente.

Al graduarme de BYU, acepté un empleo enseñando seminario y comencé mis estudios de posgrado en educación. Durante todo ese tiempo, estuve saliendo con la intención de casarme y formar una familia. Admito que al ver a mis doce hermanos —y sí, incluso a algunos de sus hijos— así como a todos mis compañeros de cuarto y amigos casarse y tener hijos propios, en ocasiones la soledad se hizo presente. Me preguntaba si la voluntad del Señor y mi voluntad se alinearían alguna vez. Al terminar mi doctorado, acepté un empleo de tiempo completo como profesora auxiliar de religión en BYU.

Unos meses después de la muerte de mi madre y días después de un compromiso roto, se me invitó a salir temporalmente de BYU para ser directora de Institutos y coordinadora de Seminario en Boston para el Sistema Educativo de la Iglesia (SEI). Parecía que el momento no podría haber sido peor. Extrañamente, siempre había querido vivir en Boston. De hecho, siempre supe que viviría allí, pero no bajo esas circunstancias. Esforzándome por alinear mi voluntad con la de Él, empaqué mis cosas; dejé BYU; me despedí de mi papá, mi familia y mis amigos; y emprendí mi viaje.

Un año después regresé de Boston, habiendo cumplido con mi asignación en el SEI. Además, me desempeñé como capellana en Harvard y MIT y completé el trabajo post doctoral en administración de la educación superior en Harvard. Había entablado amistad con personas extraordinarias, muchas de las cuales desde entonces se han convertido en amistades cercanas y apreciadas. Y, lo más importante, había recibido una recomendación para ordenanzas personales la noche antes de irme. Mi esposo y yo nos casamos poco después. Tres años más tarde, y exactamente tres años desde ayer, adoptamos a nuestras dos hermosas hijas. Un mes después, nos sellamos como familia en el Templo de Mount Timpanogos, Utah. Escribí en mi diario: “Sus caminos son verdaderamente más altos que los míos”.

¿Por qué les comparto historias tan personales? Quiero ser auténtica y deliberada con ustedes. Quiero que vean cómo las personas pueden recorrer de forma única la senda de los convenios y ser líderes en el reino de Dios. El presidente M. Russell Ballard enseñó:

La vida terrenal puede ser complicada. Muchas mujeres son solteras durante mucho tiempo; otras se quedan solas cuando el esposo fallece o se divorcian; y puede que algunas nunca se casen… .

… Una hermana puede recibir inspiración para continuar sus estudios y asistir a la facultad de medicina… . Para otra hermana, la inspiración puede llevarla a renunciar a una beca… y en vez de ello, comenzar una familia… .

¿Es posible que dos hermanas igualmente fieles reciban respuestas tan diferentes a las mismas preguntas básicas? ¡Absolutamente! Lo que es adecuado para una mujer tal vez no lo sea para otra4.

Dirigiéndose a las mujeres de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson suplicó:

Nosotros, sus hermanos, necesitamos de su fortaleza, su conversión, su convicción, su capacidad para dirigir, su sabiduría y sus voces. ¡El Reino de Dios no está completo, ni puede estarlo, sin las mujeres que hacen convenios sagrados y los guardan; mujeres que pueden hablar con el poder y la autoridad de Dios! …

… Necesitamos mujeres que sean devotas en pastorear a los hijos de Dios por la senda del convenio hacia la exaltación; mujeres que sepan cómo recibir revelación personal, que entiendan el poder y la paz de la investidura del templo; mujeres que sepan cómo invocar los poderes del cielo para proteger y fortalecer a los hijos y a la familia; mujeres que enseñen sin temor5.

Necesitamos que lideren.

Recientemente, se me presentó la oportunidad de investigar la vida y visitar los lugares asociados con una de las heroínas más destacadas de la historia, Juana de Arco. Aprendí de su extraordinario valor y fe como una líder inspirada6. Me sentí intrigada y humilde al reflexionar sobre su declaración de escuchar voces divinas siempre acompañadas de luz, así como por su disposición y determinación para obedecer y liderar a cualquier costo.

A pesar de ser una campesina analfabeta de diecisiete años, Juana de Arco renunció a su familia y a las simples comodidades de su hogar para liberar a su país y colocar a Carlos VII en el trono. Me intrigó darme cuenta de que no solo obtuvo la confianza de Carlos VII, sino también la confianza de más de doce mil soldados que estaban bajo su mando. En una instancia, con la determinación de mantener santo el día del Señor, insistió en que todos sus soldados recibieran la sagrada comunión antes de entrar en batalla. Se cree ampliamente que su manifestación pública de fe en Dios fue lo que le otorgó la victoria en esa batalla.

Virtuosa por decisión propia y confiando en el Señor, Juana de Arco no sólo liberaría la ciudad de Orléans, sino que también derrotaría a los ingleses en otras cuatro batallas. El Obispo Gérald Caussé explicó:

Estaba rodeada de hombres que eran ásperos y a veces irrespetuosos hacia las mujeres. Pero estaba comprometida a mantenerse fiel y digna porque esa era una condición para que recibiera la guía que necesitaba de Dios7.

Finalmente, capturada en la batalla de París, Juana fue detenida como prisionera, no por traición, sino por herejía. ¿Cuál fue su crimen? Ella creía y enseñaba que, como mujer, había recibido revelación de Dios. Mientras permanecía junto a su prisión de piedra, me asombré por su determinación y fe. Escuchen algunas de las palabras que ella, siendo una joven de diecinueve años analfabeta y prisionera, expresó en su propia defensa en 1431, según la traducción de los registros oficiales del tribunal. Ella dijo: “Debo ir, y debo hacer esto, porque mi Señor así lo quiere” y “acudo a Dios, mi creador, en todo. Lo amo con todo mi corazón”8. También dijo: “Todo lo que he dicho o hecho está en las manos de Dios, y me encomiendo a Él”9. En su obra Santa Juana, George Bernard Shaw la hizo decir: “Es mejor estar sola con Dios”10.

Juana fue finalmente condenada a muerte y quemada en la hoguera. En una versión teatral del evento, se le atribuyen estas palabras a Juana:

Una vida es todo lo que tenemos, y la vivimos según lo que creemos, y luego desaparece. Pero renunciar a lo que eres, y vivir sin convicciones, eso es más terrible que morir, más terrible que morir joven11.

En efecto, realmente solo disponemos de una vida. El presidente Nelson dijo recientemente a los jóvenes adultos:

Este es un momento muy especial en sus vidas. No habrá otro que sea exactamente como este. Ustedes están estableciendo prioridades y patrones que tendrán un enorme impacto no solo sobre su vida terrenal, sino también sobre su vida eterna12.

A pesar de las grandes diferencias entre la vida de Juana de Arco, la mía y la de mi madre, todas nuestras vidas siguen patrones similares basados en principios verdaderos. Cada una de nosotras pagó el precio de escuchar y actuar de acuerdo con la voz del Señor. Cada una de nosotras ejerció el valor necesario y expresó el esfuerzo que se requiere para ser investidas con Su poder. Cada una de nosotras obtuvo el poder de Dios al hacer y guardar convenios sagrados. Cada una de nosotras hizo promesas con el Señor y, a cambio, fue investida con el poder necesario para liderar de manera única. Sin embargo, a diferencia de Juana de Arco y mi madre, mi vida terrenal, así como la de ustedes, todavía tiene tiempo y propósito.

Ruego que el Espíritu sea su verdadero mentor y maestro hoy mientras juntos discutimos los principios para liderar con el poder investido por Dios.

Principio 1: Eres un hijo de Dios, nacido para liderar.

En su devocional para jóvenes adultos de mayo de 2022, el presidente Nelson nos recordó a cada uno de nosotros nuestros tres identificadores más importantes: “[Somos] hijos de Dios”, “hijos del convenio” y “discípulos de Jesucristo”13. Él dijo: “No se confundan al respecto: su potencial es divino. Si lo buscan con diligencia, Dios les dará destellos de quiénes pueden llegar a ser”14. Recordemos también que, sin importar el sexo, “el recogimiento de Israel en ambos lados del velo es la causa más importante de la tierra en la actualidad” y que “ustedes … cumplen una función esencial en este recogimiento”15. Testifico que, así como Dios conocía a Juana de Arco, a mi madre e incluso a mí, Él los conoce y tiene un propósito para ustedes.

Ya sea que hayan nacido para liderar con la visión de la gloriosa Madre Eva, con la paciencia de Abraham y Sara para ser los padres de todo el Israel del convenio, con el coraje de Ester para salvar a un pueblo entero del convenio, con el entendimiento perfecto de Moroni para ganar batallas mortales, con la obediencia exacta de los hijos de Helamán, con la lealtad y la fe de sus madres, o una combinación de todas estas cualidades y muchas más, han nacido durante esta última hora de esta última dispensación para liderar.

Como el joven Profeta José Smith, a quien Dios llamó por su nombre, ustedes también son conocidos y tienen un papel de liderazgo único en el recogimiento de Israel y en el advenimiento de la Segunda Venida del Salvador. El presidente Joseph F. Smith enseñó: “No es para que ustedes sean liderados por las mujeres [y hombres] del mundo; es para que ustedes lideren el mundo y, especialmente, para que lideren . . . en todo lo que es . . . edificante y purificador para los hijos de los hombres”16.

Al igual que cada pieza del vitral es fundamental para la pieza completa, cada hijo de Dios es necesario. Ustedes son cruciales para Su obra y Su gloria. Él los necesita. Nosotros los necesitamos. Y necesitamos que lideren.

¿Cómo les ha mostrado Dios que Él los conoce?

¿Cuál es su papel único en este recogimiento?

Principio 2: Aprender a “Escucharlo” es esencial para cumplir con su misión única.

Al igual que Juana de Arco, debemos aprender a “escucharlo”17. Al ayudarnos a aprender cómo recibir revelación personal, el presidente Nelson nos instruyó que sigamos el ejemplo del joven profeta y líder José Smith. El presidente Nelson instruyó:

Encuentren un lugar tranquilo a donde puedan ir con regularidad; humíllense ante Dios; derramen su corazón a su Padre Celestial; acudan a Él para recibir respuestas y consuelo.

Oren en el nombre de Jesucristo acerca de sus preocupaciones, sus temores, sus debilidades, sí, los anhelos mismos de su corazón. ¡Y luego, escuchen! Anoten las ideas que acudan a su mente; escriban sus sentimientos y háganles un seguimiento con las acciones que se les indique tomar. A medida que repitan este proceso día tras día, mes tras mes, año tras año, “podrán crecer en el principio de la revelación18.

Mientras escuchaba al presidente Kevin J. Worthen en el devocional de BYU de enero de 2023, invitando a “estudiar diligentemente y aplicar las promesas proféticas que el Señor ha proporcionado a través del presidente Nelson”19, me sentí guiada a aceptarlo no sólo para mí, sino también para mis estudiantes. Con la paciencia de mis estudiantes, implementé un nuevo proyecto con un experimento que les exigía estudiar cada discurso dado por el presidente Nelson desde que se convirtió en profeta y buscar con oración las invitaciones y las bendiciones prometidas. Luego, elegirían una invitación para aplicarla durante el resto del semestre y reportarían su experiencia en una entrevista personal conmigo.

Al final del semestre, parecía que mi oficina se había convertido en un templo en términos de santidad, ya que los estudiantes compartían individualmente experiencias y milagros, y testificaban acerca de los profetas vivientes y el cumplimiento por parte de Dios de las promesas proféticas. Compartiré solo una experiencia con ustedes. Uno de mis estudiantes escribió:

La invitación en la que decidí centrarme … era escuchar mejor la voz del Señor. [La promesa del presidente Nelson] fue que a medida que aprendamos a “Escucharlo”, Él nos revelará la verdad y seremos guiados por el Espíritu Santo.  Escogí esta promesa porque a veces siento que vivimos en medio de tantas distracciones y cosas que adormecen nuestros sentidos al Espíritu… como teléfonos, deportes, televisión, pasatiempos y actividades al aire libre. Quería dedicar tiempo a centrarme en el Salvador y quería aprender de Él, Su voluntad para mí.

¿Qué hizo ese estudiante? Escribió lo siguiente:

Cada semana, para ayudarme en mi estudio de las Escrituras, asistía al templo. Intenté conversar con el Señor en el templo y enfocarme específicamente en escuchar Su palabra para mí. Medité cada noche en lo que estaba aprendiendo y supliqué al Señor por medio de la oración que me ayudara en mis esfuerzos. Durante la Santa Cena cada semana, reflexionaba sobre cómo me estaba yendo. También me esforcé por tener estudio en compañerismo diariamente y por dar testimonio de lo que estaba aprendiendo. Por último, traté de arrepentirme a diario para hacerme digno de sentir el Espíritu y escuchar Su voz.

¿Cuál fue el resultado para este estudiante? Él prosiguió diciendo:

Aprendí, sobre todo, que era muy capaz de escuchar la voz del Señor cuando me esforzaba por hacerlo. … Aunque no era perfecto al seguir este plan, me di cuenta de que el Señor valora cada pequeño esfuerzo que hacemos para escucharlo y acercarnos a Él. Siento que me estoy acercando más al Señor y que estoy mejorando en escuchar Su voz. Me siento más fortalecido contra la tentación y más receptivo al Espíritu.

Les desafío a continuar con esa invitación del presidente Worthen.

La presidenta Elaine S. Dalton declaró:

En el mundo en que vivimos, su habilidad de liderar requerirá la guía y la compañía constante del Espíritu Santo, que les dirá “todas las cosas que debéis hacer” al reconocer y confiar en Su guía e impresiones20.

Puedo informar que cada estudiante que siguió la invitación profética recibió las bendiciones prometidas correspondientes. Les prometo que a medida que sigamos el modelo divino del Señor, creceremos en el principio de la revelación y aprenderemos a escucharlo mientras nos guía y nos muestra cómo Él quiere que lideremos.

¿Qué están haciendo ustedes para Escucharlo?

¿Cómo Les está guiando hoy para liderar?

¿Qué han escuchado hoy del Espíritu que no fue expresado vocalmente?

Principio 3: Liderar requiere valor, esfuerzo y poder de Jesucristo

“¿Es difícil ser profeta?”, preguntó la joven Pearl durante una entrevista con la Presidenta General de la Primaria Joy D. Jones y el presidente Nelson.

“Por supuesto que es difícil”, respondió el presidente Nelson. “Todo lo que tenga que ver con ser más como el Salvador es difícil”21.

Seamos francos. Aprender a escuchar Su voz, permanecer en la senda de los convenios, ayudar a recoger la casa de Israel y dirigir no son asignaciones para los débiles de corazón. Hay una razón por la que el presidente Nelson nos animó a “tomar [nuestras] vitaminas” y a “descansar un poco”22.

En la sección 93 de Doctrina y Convenios, Juan el Amado dio testimonio de que

[vio] su gloria, como la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad, sí, el Espíritu de verdad que vino y moró en la carne, y habitó entre nosotros.

Y yo, Juan, vi que no recibió de la plenitud al principio, mas recibía gracia sobre gracia; …

Y yo, Juan, testifico que recibió la plenitud de la gloria del Padre;

y recibió todo poder, tanto en el cielo como en la tierra, y la gloria del Padre fue con él, porque moró en él23.

Hermanos y hermanas, la expiación de Jesucristo no fue fácil. El poder de Cristo es crucial para guiar a los hijos de Dios. En la misma sección de las Escrituras de Doctrina y Convenios, Cristo declaró:

Os digo estas palabras para que comprendáis y sepáis cómo adorar, y sepáis qué adoráis, para que vengáis al Padre en mi nombre, y en el debido tiempo recibáis de su plenitud.

Porque si guardáis mis mandamientos, recibiréis de su plenitud y seréis glorificados en mí como yo lo soy en el Padre; por lo tanto, os digo, recibiréis gracia sobre gracia24.

El poder de Cristo está disponible para todos nosotros. Acceder a Su poder requiere esfuerzo. El presidente Nelson instruyó:

Nuestro enfoque debe estar [fijo] en el Salvador y Su evangelio. Es mentalmente riguroso esforzarnos por mirar hacia Él en todo pensamiento. 

Cuando procuren el poder del Señor en su vida con la misma intensidad que tiene uno que se está ahogando y lucha por respirar, el poder proveniente de Jesucristo será de ustedes25.

Nuestra atención está centrada en el Salvador cuando estudiamos sobre Él, su doctrina y sus enseñanzas. Servimos como Él y vivimos de acuerdo con esas enseñanzas. Nos comprometemos a llegar a ser como Él, y con el tiempo permanecemos en Él y Él permanece en nosotros. Nos alineamos con Sus profetas, manteniéndonos justo a su lado, ni ligeramente adelante ni demasiado atrás. Para ayudarles a estar completamente alineados con la voluntad del Señor y las enseñanzas de los profetas vivientes, además de los discursos de la conferencia general, devocionales y charlas fogoneras, les recomiendo encarecidamente el estudio cuidadoso y la aplicación de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, “El Cristo Viviente” y “La Restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo”.

Estos documentos fueron inspirados y redactados por la voz unánime de la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles. Testifico que tanto la claridad como el poder llegarán a su vida al esforzarse con valor por vivir de acuerdo con sus doctrinas y principios. La hermana Sharon G. Larsen declaró:

Si vamos a dirigir con rectitud, no puede haber asomo de duda con respecto a nuestro código de valores. …

… El cambiar nuestros deseos a fin de que nuestras normas sean las del Señor envía un mensaje claro de que en el reino del Señor no hay desigualdad de criterios. …

Hemos hecho convenios con el Señor y el ser líderes suele poner a prueba el nivel de nuestro cometido a esos convenios26.

Cuando pienso en los ojos fijos en el Salvador, pienso en las últimas horas de Juana de Arco. Antes de morir, pidió que un presbítero gritara oraciones lo suficientemente fuertes como para que se escuchara sobre el rugido de las llamas y que también sostuviera una cruz arriba de su cabeza para que ella pudiera centrar su mente en el Salvador mientras se centraba en la cruz. Juana de Arco consagró su vida a Dios.

¿Cómo mantienen sus ojos fijos en el Salvador?

¿Dónde permanecen?

Principio 4: El poder de Dios se obtiene al guardar los convenios

La hermana Sheri L. Dew declaró:

Si Dios desea un pueblo poderoso que pueda resistir los engaños del diablo —y sí lo desea— y si nacimos para ser líderes en estos últimos días— y sí nacimos para eso— entonces debemos entender cómo Dios pone Su poder en nuestro alcance y cómo accedemos a ese poder 27.

El presidente Nelson declaró:

Toda mujer y todo hombre que hace convenios con Dios y los guarda, y que participa dignamente en las ordenanzas del sacerdocio, tiene acceso directo al poder de Dios. Quienes han sido investidos en la Casa del Señor reciben un don de poder del sacerdocio de Dios en virtud de ese convenio, junto con un don de conocimiento para saber cómo recurrir a ese poder 28.

¿Qué es este poder? Es el poder del sacerdocio. En 2019, el presidente Nelson rogó a todas las mujeres de la Iglesia “que estudien con espíritu de oración todas las verdades que puedan encontrar acerca del poder del sacerdocio”29. Un año después, el presidente Nelson renovó su “invitación para que aumenten su comprensión del poder del sacerdocio y de los convenios y bendiciones del templo”30. Cada miembro que guarda los convenios recibe la llave del conocimiento en el templo31. Con esta llave de conocimiento, con revelación personal y con esfuerzo de su parte, les prometo que Dios les enseñará más acerca de Su poder del sacerdocio y Sus convenios del templo, así como la manera de dirigir con Su poder en la actualidad.

El Manual General de la Iglesia de 2021 declara:

El sacerdocio es la autoridad y el poder de Dios; Ha existido siempre y continuará existiendo sin fin. … Por medio de ese poder, redime y exalta a Sus hijos, llevando a cabo “la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Dios otorga autoridad y poder a Sus hijos e hijas en la tierra para ayudar a que realicen esa obra32.

¿De quién es el poder? ¡Es el poder de Dios! ¿Poder para hacer qué? ¡Todo el poder necesario para que ustedes lideren la salvación de las almas! ¿Cuáles son algunos de estos poderes?

  • Poder de iluminación, de testimonio y de entendimiento
  • Poder para frustrar las fuerzas del mal
  • Poder para usar sus dones y capacidades con mayor inteligencia y mayor eficacia
  • Poder para vencer los pecados del mundo y para “permanecer firmes. . . en lugares santos”33
  • Poder para hacerle mejor calificado para enseñar
  • Poder para recibir “la revelación personal prometida que bendecirá vuestra vida con poder, conocimiento, luz, belleza y verdad desde lo alto”34
  • Poder del cielo para proteger y fortalecer a los niños y familias
  • Poder para amar y ser llenos de Su amor
  • Poder para liderar

Estas son promesas poderosas que están al alcance de todo miembro de esta Iglesia que guarda sus convenios. Son sus promesas.

Como preparación para este discurso del devocional, me encontré asistiendo continuamente al templo. Durante las últimas dos semanas, he participado en todas las ordenanzas disponibles en el templo, varias veces. Mientras escuchaba la ordenanza de la confirmación, recordé que recibir el Espíritu Santo requiere acción por parte del receptor. Mientras participaba en la ordenanza del bautismo, el Espíritu me insistió en la verdad de que “en sus ordenanzas se manifiesta el poder de la divinidad”35. Recuerden que las ordenanzas del bautismo y la confirmación son esenciales para el recogimiento de Israel y para la vida eterna de los hijos de nuestro Padre Celestial. Gracias por servir en el templo. Gracias por liderar esta causa.

Así como el esfuerzo es necesario para recibir el Espíritu Santo, también es necesario para recibir el poder del sacerdocio. En el juramento y convenio del sacerdocio, los hombres y las mujeres deben recibir el sacerdocio de Dios, Sus siervos, Jesucristo, el Padre y el reino del Padre a fin de recibir la promesa de que “todo lo que mi Padre tiene os será dado”36. Solo por medio de guardar los convenios hechos en el templo obtenemos la bendición de recibir la plenitud.

El élder Dale G. Renlund explicó:

Al hacer y guardar los convenios del templo, aprendemos más sobre los propósitos del Señor y recibimos una plenitud del Espíritu Santo; recibimos instrucción para nuestra vida; maduramos en nuestro discipulado para no permanecer como niños perpetuos y sin conocimiento. Antes bien, vivimos con una perspectiva eterna y estamos más motivados a servir a Dios y a otras personas37.

En la ceremonia de investidura hacemos convenio de obedecer cinco leyes: la ley de obediencia, la ley de sacrificio, la ley del Evangelio, la ley de castidad y la ley de consagración38. Guardar cada una de esas leyes es crucial para llegar a ser líderes investidos con Su poder. Analizaré brevemente dos de estas leyes: la ley de obediencia y la ley de sacrificio.

La ley de obediencia.

El presidente Dallin H. Oaks enseñó, “El amor de Dios es tan perfecto que Él requiere de nosotros tiernamente que obedezcamos Sus mandamientos, porque sabe que únicamente mediante la obediencia a Sus leyes podemos llegar a ser perfectos como Él”39.

El amor de Dios requería una obediencia perfecta a la ley y el cumplimiento del sufrimiento eterno por parte de Su Hijo Unigénito: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito”40. ¿Qué tipo de Dios amoroso exigiría este tipo de obediencia y permitiría este tipo de sacrificio? ¡Nuestro Dios! ¡El Dios del amor! El amor de Dios incluye, por Su naturaleza, Su ley. Y Sus leyes incluyen un elemento de sacrificio.

Hace solo unos meses, mi hija de siete años me preguntó: “Mamá, si no me amaras tanto, ¿me dejarías comer todos los dulces del mundo?”.

¡Ella lo entiende! Reconoció intuitivamente que mi regla o ley en cuanto al consumo de dulces no era, parafraseando al presidente Oaks, una contradicción de mi amor, mas bien, una evidencia de mi amor41.

El tratar de cambiar el amor o las leyes de Dios para satisfacer los deseos terrenales simplemente no resultará en que recibamos Su vida: la vida eterna. Como recordatorio, Dios valora tanto el albedrío que nos permite “gozar de lo que [estamos] dispuestos a recibir”, y si no recibimos la vida eterna, es “porque no [quisimos] gozar de lo que [pudimos] haber recibido”42.

Recibimos de acuerdo con lo que elegimos obedecer. ¿Cuáles son los dos grandes mandamientos que se nos ha pedido obedecer? Primero amar a Dios, segundo amar a nuestro prójimo, en ese orden43. Aquí, en BYU, el élder D. Todd Christofferson instruyó:

Poner el primer mandamiento en primer lugar no reduce ni limita nuestra capacidad de guardar el segundo mandamiento; Al contrario, la amplía y la fortalece. Esto significa que nuestro amor aumenta al cimentarse en el propósito y el poder divinos; significa que contamos con el Espíritu Santo para que nos inspire a encontrar maneras de tender una mano que nunca habríamos visto por nuestra cuenta. Nuestro amor por Dios eleva nuestra capacidad de amar a los demás de manera más plena y perfecta porque, en esencia, somos copartícipes con Dios en el cuidado de Sus hijos44.

¿Por qué es tan importante entender el amor de Dios? En parte porque en su función de liderazgo en el recogimiento de Israel y en salvar almas, no solo deben amar como Dios ama, sino también ayudar a los demás a entender el amor de Dios. Aquellos que no están firmemente arraigados en las enseñanzas y la doctrina de Jesucristo pueden desear un amor falso que permita la promiscuidad o la gracia barata. Al ofrecer ese amor inferior, no están liderando, sino cumpliendo y ofreciendo falsas esperanzas a cambio de la vida eterna.

El élder Jeffrey R. Holland enseñó:

Jesús dijo: “Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado”. A fin de que entendieran exactamente a qué tipo de amor se refería, dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” y “cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será … en el reino de los cielos”. El amor semejante al de Cristo es la mayor necesidad que tenemos en este planeta, en parte porque se supone que la rectitud siempre debería acompañarlo45.

Más adelante, el élder Holland aclaró:

Por lo que puedo entender, Cristo nunca retuvo su amor de nadie, pero tampoco alguna vez le dijo a alguien: “Porque te amo, estás exento de cumplir mis mandamientos”. Se nos pide que intentemos encontrar ese mismo equilibrio entre la consideración y la exigencia en nuestra vida46.

¿Realmente comprendemos, como lo hace mi hija de siete años, que aunque en el momento nuestros deseos pueden no ser satisfechos, esto puede ser prueba de Su amor porque Sus leyes están destinadas a ayudarnos a ser como Él? ¿Que, al guardar Sus mandamientos, finalmente recibimos una plenitud de libertad y gozo? Así como la capacidad de Cristo para amar está directamente ligada a Su obediencia, también lo es la nuestra. El amor y la obediencia son cualidades críticas de líderes semejantes a Cristo.

Dios ama infinitamente porque Su capacidad y poder son infinitos. Cristo tiene una plenitud de poder, incluso una plenitud de amor, en parte debido a Su decisión de beber la amarga copa 47 , demostrando claramente que incluso Él estaba dispuesto a hacer la voluntad del Padre por encima de la suya. En nuestras vidas, prometo que no hay una copa más amarga que Su amor no pueda superar.

La ley de sacrificio

En Lectures on Faith [Discursos sobre la fe], se nos enseña: “Observemos aquí que una religión que no requiere el sacrificio de todas las cosas nunca tiene el poder suficiente para producir la fe necesaria para vida y salvación”48.

Tal vez una de las mayores demostraciones de guardar la ley de sacrificio es abstenerse de toda impiedad, que es “ofrecer sacrificio al Señor tu Dios … , sí, el de un corazón quebrantado y un espíritu contrito”49. No es fácil despojarse del hombre natural.

Hace un tiempo, reprendía erróneamente a un estudiante de curso introductorio a medicina en una de mis clases por el uso de un teléfono plegable.

“Tengo un problema con la pornografía”, explicó públicamente. “Aunque los teléfonos inteligentes pueden ser útiles, preferiría tener la compañía del Espíritu Santo y el poder del Salvador”.

Me sentí humilde por su respuesta. Él sabía lo que significaba abstenerse de toda impiedad.

Curiosamente, aunque Juana de Arco tal vez no haya hecho convenios en el templo como lo hacemos hoy en día, ella guardó todas las leyes relacionadas con Dios, hasta donde se conoce. Quizás, debido en parte a la ley de compensación, pudo dirigir investida con Su poder.

¿Cómo han recibido ustedes el poder de Dios al guardar sus convenios?

Principio 5: Investidos con Su poder, lideramos como coherederos con Cristo y somos perfeccionados en Cristo

El propósito del poder del sacerdocio, el poder de Cristo, es salvar almas. No estamos simplemente haciendo y guardando convenios; estamos haciendo y guardando relaciones por convenios vinculantes. Escuchen esta instrucción del presidente Nelson sobre las relaciones por convenio:

Cuando hacemos un convenio con Dios, abandonamos el terreno neutral para siempre. Dios no abandonará Su relación con aquellos que han forjado tal vínculo con Él. De hecho, todos los que han hecho convenio con Dios tienen acceso a un tipo especial de amor y misericordia. En el idioma hebreo, ese amor del convenio se llama hesed (דֶסֶח).

Hesed no tiene un equivalente adecuado en español. Los traductores de la versión Reina-Valera de la Biblia deben haber tenido dificultades para traducir hesed al español. A menudo eligieron el término “misericordia”, el cual refleja en gran parte, pero no en su totalidad, el significado hesed. También se tradujo con otras palabras, tales como “compasión” y “benignidad”. Hesed es un término singular que describe una relación por convenio en la que ambas partes están obligadas a ser leales y fieles la una a la otra. …

[Escuchen atentamente la perspectiva del Presidente Nelson sobre hesed]. Hesed es un tipo especial de amor y misericordia que Dios siente y brinda a aquellos que han hecho convenio con Él. Y nosotros le correspondemos con hesed por Él.

Una vez que ustedes y yo hemos hecho un convenio con Dios, nuestra relación con Él se vuelve mucho más estrecha que antes del convenio. Ahora estamos ligados en unión. Debido a nuestro convenio con Dios, Él jamás cejará en Sus esfuerzos por ayudarnos, y nunca agotaremos Su misericordiosa paciencia para con nosotros. Cada uno de nosotros tiene un lugar especial en el corazón de Dios. Él tiene grandes esperanzas en cuanto a nosotros50.

Existe una diferencia entre la relación de Dios con aquellos que hacen y mantienen convenios sagrados con Él y su relación con aquellos que no lo hacen. Por supuesto que Dios ama a todos Sus hijos, pero aquellos que hacen y mantienen convenios sagrados con Él experimentan hesed, el “amor del convenio”. El presidente Nelson instruyó: “Llevar el yugo con el Salvador significa que tienen acceso a Su fortaleza y poder redentor”51. ¡Las expectativas de Dios son altas para nosotros porque cuando estamos unidos al Salvador, nuestro poder y potencial son ilimitados!

El élder Dale G. Renlund explicó:

Conforme vienen a Cristo y se conectan con Él y nuestro Padre Celestial por convenio, sucede algo aparentemente sobrenatural: son transformados y llegan a ser perfeccionados en Jesucristo; llegan a ser hijos de Dios por convenio y herederos en Su reino52.

Llegamos a ser aquellos que “son hombres justos hechos perfectos mediante Jesús, el mediador del nuevo convenio, que obró esta perfecta expiación derramando su propia sangre”53. ¡Seremos llenos de Su amor, veremos como Él ve y llegaremos a ser puros como Él es puro hasta que seamos semejantes a Él y podamos liderar como Él dirige!54. Así nos hace coherederos con Él, “iguales en poder, en fuerza y en dominio”55.

Aunque liderar a veces puede ser una posición solitaria, al estar investido con Su poder nunca estarás solo. Dios ha prometido que Él “[irá] delante de vuestra faz”, que “[estará] a vuestra diestra y a vuestra siniestra”, que Su “Espíritu estará en vuestros corazones” y que Sus “ángeles [estarán] alrededor de vosotros, para sosteneros”56. Imaginen la paz, la esperanza y el gozo que ese conocimiento dio a los primeros pioneros, quienes, al salir de Nauvoo, miraban hacia atrás a su templo ardiendo con el fuego del convenio ardiendo en sus corazones. ¡Ustedes también pueden tener esta confianza!

Al continuar por la senda de los convenios, entrando y guardando el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio, de acuerdo con la ley de Dios, llegamos a ser uno con los que serán dioses:

No tendrán fin [haciendo referencia a la pareja]; por consiguiente, existirán de eternidad en eternidad, porque continuarán; entonces estarán sobre todo, porque todas las cosas les estarán sujetas. Entonces serán dioses, porque tendrán todo poder57.

Seremos líderes en el rol más grande: madres y padres.

¡Al igual que Juana de Arco, José Smith, Eva y Adán, Sara y Abraham, Ester, Moroni y el ejército de Helamán y sus madres, estamos investidos con el poder para liderar en la salvación de las almas por la eternidad! Aún no somos perfectos en Cristo, pero, como dijo la hermana Patricia T. Holland, “debemos tener el valor para ser imperfectos mientras nos esforzamos por lograr la perfección”58.

¿Cómo los está perfeccionando Cristo?

¿Cómo están liderando con amor?

Consejo

Dado que ustedes, investidos con poder, lideran Su causa, ¿puedo ofrecerles sólo unas palabras de consejo?

Mezclar las filosofías de los hombres con las Escrituras

Primero, tengan en cuenta la táctica de Satanás de enseñar las filosofías de los hombres mezcladas con las Escrituras. Aplicando el sueño de Lehi a nuestros días, el presidente Boyd K. Packer, al hablar en un devocional de BYU, nos recordó que “en lugar de mirar hacia ese edificio espacioso, en efecto, vivimos dentro de él”59. Vivir en el mundo pero no ser del mundo se ha vuelto más complejo y confuso.

Satanás es el gran impostor e imitador. Envuelve la verdad en las formas más engañosas, a menudo esperando que no detecten la sutil, aunque a menudo agradable, mentira oculta entre las verdades más exigentes y constantes. Independientemente de cuán numerosas, fuertes, suaves, agradables, reconfortantes, intelectuales o intencionalmente silenciosas sean estas voces, si no están fundadas y alineadas al cien por ciento con la doctrina de Jesucristo y las enseñanzas de Sus profetas vivientes, no son de Dios y no producirán el poder necesario para que ustedes lideren en Su causa. En una época en que las redes sociales y las filosofías de los hombres mezcladas con las Escrituras son tan comunes, debemos ser valientes al discernir y declarar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Como líder, deben discernir y liderar en la verdad.

Separar a Dios de Sus profetas

Segundo, estén atentos a cualquier separación de los profetas de Dios. Me gustaría compartir con ustedes un principio de liderazgo que he llegado a llamar la parábola del cruce de peatones. Cuando me acerqué a una escuela primaria en un paseo una mañana, vi a tres niños avanzar hacia un cruce de peatones. A medida que se acercaban, un coche se aproximaba. El conductor, al notar a los niños, se detuvo y permitió que los niños cruzaran. Los dos niños corrieron rápidamente al otro lado de la calle, pero la menor era mucho más lenta. Al intentar acelerar, perdió el equilibrio y se cayó del scooter. Durante ese tiempo, un conductor se había parado detrás del coche y, al ver que los chicos se fueron, empezó a tocar el claxon de forma insoportable al conductor que le precedía. Al ver que el primer conductor no se movía, el que iba detrás bajó la ventanilla y empezó a gritar al coche de adelante que se marchara.

El conductor de delante no hizo caso al de atrás, sino que esperó a que la joven volviera a subirse a su scooter y cruzara la calle. Para entonces ya me había acercado lo suficiente como para ver las expresiones de los rostros de ambos conductores. La expresión en el rostro del segundo conductor al darse cuenta de su error, pues si los coches hubieran continuado, la niña podría haber muerto, fue inolvidable. Al hacer lo que hizo, el conductor delantero salvó la vida de esta niña. En ese momento una frase sencilla me vino a la mente: “Su perspectiva cambia dependiendo de dónde estén sentados».

Los verdaderos profetas son imperfectos, pero son santos. Por favor, tengan mucho cuidado de nunca decir nada crítico sobre aquellos que literalmente han entregado sus vidas a Dios en su servicio. Por favor, estén atentos a cualquiera que intente separar a Dios de Sus profetas por cualquier motivo. Creo que hay pocas cosas que alejan al Espíritu de Dios de Sus hijos más rápido que burlarse o criticar a los profetas de Dios. Por favor, recuerden también que su perspectiva como líder también cambiará, dependiendo dónde estén sentados.

Quebrantar los convenios

Tercero, tengan en cuenta que cuando quebrantamos los convenios con Dios, estamos bajo el poder de Satanás. Cristo desea compartir Su poder; Satanás quiere arrebatarlo. Cuando quebrantamos intencionalmente nuestros convenios con Dios, ya no tenemos Su poder. Nadie debe luchar solo contra Satanás.

Evitar el orgullo

Cuarto, sean conscientes del orgullo. A nivel universitario, debemos estar conscientes del orgullo. Creo que uno de los antídotos más fuertes contra el orgullo, y una de las cualidades más grandes de un líder, es el atributo de la mansedumbre. El élder David A. Bednar testificó:

La mansedumbre no es débil, tímida ni pasiva. La mansedumbre es la cualidad de ser temerosos de Dios, rectos, enseñables, pacientes en el sufrimiento y dispuestos a seguir las enseñanzas del Evangelio. Una persona mansa no es fácilmente provocada o irritada, pretenciosa, arrogante o altiva. Si bien la humildad generalmente denota dependencia en Dios y la constante necesidad de Su guía y apoyo, una característica distintiva de la mansedumbre es la receptividad espiritual particular para aprender del Espíritu Santo, así como de las personas que puedan parecer menos capaces, experimentadas o educadas, o que quizás no ocupen puestos importantes, o que de alguna manera no parezcan tener mucho que aportar60.

En la revelación de Dios a la elegida Emma Smith, Dios dio Su “voz a todos” y le aconsejó que actuara “con el espíritu de mansedumbre”61. En la revelación sobre el sacerdocio que se encuentra en la sección 84 de Doctrina y Convenios, Dios dijo tanto a las mujeres como a los hombres investidos con Su poder sean “[edificados] con toda mansedumbre”62. El Señor enseñó a Sus hijos investidos en la sección 121: “Ningún poder ni influencia se puede ni se debe mantener en virtud del sacerdocio, sino por persuasión, por longanimidad, benignidad, mansedumbre y por amor sincero”63. Por lo tanto, la mansedumbre es una cualidad crucial para todos los líderes investidos con Su poder.

Conclusión

Al tratar de mostrar a seres mortales como mentores de liderazgo en la senda de los convenios, recordemos que Jesucristo era su verdadero líder. Las últimas palabras del Profeta Joseph Smith mientras se dirigía hacia la ventana de la antigua cárcel de Carthage para morir como mártir fueron: “¡Oh Señor, Dios mío!”64. Mientras Juana de Arco fue absorbida injustamente en las llamas del fuego inextinguible: “¡Jesús, Jesús!”65 fueron las últimas palabras que salieron de sus labios. Es Cristo, nuestro Salvador, quien caminó perfectamente por la senda de los convenios y obtuvo todo poder. Con Su poder y nuestro albedrío, Él nos transforma desinteresadamente para llegar a ser como Él, si ese es nuestro deseo.

Al morir en la cruz para salvarnos a todos, la última expresión de Jesucristo de Su relación por convenio con Su Padre y con nosotros fue: “Padre, consumado es, se ha hecho tu voluntad”66. Al presentarse a Sus discípulos como el Salvador resucitado, declaró: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”67. Es con Su poder, obtenido en la plenitud por medio de una vida a semejanza de Jesucristo en liderazgo y sacrificio, que ustedes son investidos. Investidos con Su poder, están listos para liderar en Su causa.

Aunque no puedo tener una entrevista personal con todos ustedes, aún me gustaría que reflexionaran en las preguntas que he hecho a lo largo de este devocional. Me encantaría recibir sus respuestas a las siguientes preguntas en las plataformas de las redes sociales por medio de #BYUDevo y al etiquetarme, @drbarbaramorgangardner. Espero con anhelo otra experiencia sagrada al repasar sus respuestas por medio de un video o un testimonio escrito.

  • ¿Cómo les ha mostrado Dios que Él los conoce?
  • ¿Cuál es su papel en el recogimiento?
  • ¿Qué están haciendo ustedes para Escucharlo?
  • ¿Cómo les está guiando hoy para liderar?
  • ¿Qué han escuchado hoy del Espíritu que no fue expresado vocalmente?
  • ¿Cómo mantienen sus ojos fijos en el Salvador?
  • ¿Dónde permanecen?
  • ¿Cómo han recibido ustedes el poder de Dios al guardar sus convenios?
  • ¿Cómo los está perfeccionando Cristo?
  • ¿Cómo están liderando con amor?

Para concluir, me hago eco de partes de la oración dedicatoria que José Smith ofreció en el Templo de Kirtland como mi oración por ustedes:

[Pedimos que Tus siervos] crezcan en ti y reciban la plenitud del Espíritu Santo; y se organicen de acuerdo con tus leyes y se preparen para recibir cuanto fuere necesario. …

Te rogamos, Padre Santo, que tus siervos salgan de esta casa armados con tu poder, y que tu nombre esté sobre ellos, y los rodee tu gloria, y tus ángeles los guarden. …

… Ayuda a tus siervos a decir, favoreciéndolos tu gracia: Sea hecha tu voluntad, oh Señor, y no la nuestra. …

Oh Señor, Dios Todopoderoso, óyenos en nuestras peticiones y contéstanos desde los cielos, tu santa habitación, donde te sientas en tu trono, con gloria, honra, poder, majestad, fuerza, dominio, verdad, justicia, juicio, misericordia y un sinfín de plenitud, de eternidad en eternidad68.

En el nombre de Jesucristo. Amén.

© Brigham Young University. Todos los derechos reservados.

Notas

  1. Véase Edward L. Kimball y Andrew E. Kimball Jr., Spencer W. Kimball: Twelfth President of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Salt Lake City: Bookcraft, 1977), pág. 334. Véase también Gordon B. Hinckley, “First Presidency Message: “Do Ye Even So to Them», Ensign, diciembre de 1991.
  2. Isaías 55:8–9.
  3. DyC 88:78.
  4. M. Russell Ballard «Mujeres de dedicación, fe, determinación y acción», discurso de la Conferencia de la Mujer de BYU, 1 de mayo de 2015.
  5. Russell M. Nelson «Una súplica a mis hermanas», Conferencia General,octubre de 2015.
  6. Ver Joan of Arc,BYU Broadcasting, docudrama video, noviembre de 2015, byutv.org/joan-of-arc/details.
  7. Gérald Caussé, en Joan of Ar,,BYU, Broadcasting, 25:52–26:07.
  8. Juana de Arco, en Juana de Arco: In Her Own Words,comp. and trans. Willard R. Trask (Nueva York: Turtle Point Press, 1996, págs. 16, 131.
  9. Joan of Arc, en The Trial of Jeanne d’Arc, pág. trans. W. P. Barrett (Londres: George Routledge and Sons, 1931, pág. 120.
  10. Joan of Arc, en George Bernard Shaw,  Saint Joan, 1923, escena 5.
  11. Joan of Arc, en Maxwell Anderson, Joan of Lorraine: Una obra de teatro en dos hechos1946, acto 2, interludio 3.
  12. Russell M. Nelson,Russell M. Nelson, «Decisiones para la eternidad», devocional mundial para jóvenes adultos, 15 de mayo de 2022; énfasis en el original.
  13. Nelson «Decisiones para la eternidad».
  14. Nelson «Decisiones para la eternidad».
  15. Russell M. Nelson«Decisiones para la eternidad»; énfasis en el original. https://www.churchofjesuschrist.org/study/broadcasts/worldwide-devotional-for-young-adults/2022/05/12nelson?lang=spa
  16. Joseph F. Smith, 17 de marzo de 1914, en «President Smith’s Address», Minutes of the General Board of Relief Society, 5 (1914): 55.
  17. Russell M. Nelson, “Escúchalo”,Conferencia General,abril de 2020.
  18. Russell M. Nelson «Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas», Conferencia General, abril de 2018; citando Joseph Smith, HC 3:381 (27 de junio de 1839); citado en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia:Joseph Smith(Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Día, 2007), 132.
  19. Kevin J. Worthen «The Power of Prophetic Promises», discurso pronunciado en un devocional de BYU, 10 de enero de 2023.
  20. Elaine S. Dalton, “¡Ahora es el tiempo de levantarse y brillar!”Conferencia General, abril de 2012; citando 2 Nefi 32:5.
  21. Perl y Russell M. Nelson, en Joy D. Jones, «Un llamamiento especialmente noble», Conferencia General, abril de 2020.
  22. Russell M. Nelson, en «Entrevista Presidente Nelson y Elder Stevenson en Chile», Noticias La Iglesia de Jesucristo Sudamérica Sur, video de YouTube, 13 de noviembre de 2018, 6:20–6:25, youtube.com/watch?v=bolsbOqHXS0
  23. Doctrina y Convenios 93:11–1216–17.
  24. Doctrina y Convenios 93:19-20.
  25. Russell M. Nelson «Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida», Conferencia General, abril de 2017; cursiva en el original; véase Helamán 8:15.
  26. Sharon G. Larsen, “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros“, Conferencia General,octubre de 2001.
  27. Sheri L. Dew, «Nacieron para ser líderes, nacieron para la gloria», discurso pronunciado en un devocional de BYU, 9 de diciembre de 2003.
  28. Russell M. Nelson «Tesoros espirituales», Conferencia General, octubre de 2019.
  29. Nelson «Tesoros espirituales»; cursiva del original.
  30. Russell M. Nelson «Acoger el futuro con fe», Conferencia General, octubre de 2020.
  31. Véase DyC 84:19.
  32. «Los principios del sacerdocio», Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos DíasJulio de 2021 (Salt Lake City: Iglesia de Jesucristo, 2021), 3.0 (pág. 26).
  33. DyC 87:8.
  34. David B. Haight, «Venid a la Casa del Señor», Conferencia General, abril de 1992.
  35. DyC 84:20.
  36. DyC 84:38.
  37. Dale G. Renlund, «Cómo acceder al poder de Dios a través de los convenios», Conferencia General, abril de 2023; véase DyC 109:14–15; véase también D. Todd Christofferson, «El poder de los convenios», Liahona,  mayo de 2009, nota 5.
  38. Ver «Sobre la investidura del templo», Templos, Iglesia de Jesucristo, churchofjesuschrist.org/temples/what-is-temple-endowment?lang=spa.
  39. Dallin H. Oaks «El amor y la ley», Conferencia General, octubre de 2009.
  40. Juan 3:16.
  41. Véase Oaks, «El amor y la ley».
  42. DyC 88:32.
  43. Véase Mateo 22:36–40Marcos 12:28–31.
  44. D. Todd Christofferson, «The First Commandment First», discurso pronunciado en un devocional de BYU, 22 de marzo de 2022.
  45. Jeffrey R. Holland, «El costo —y las bendiciones— del discipulado», Conferencia General, abril de 2014; énfasis en el original; citando Juan 15:12,Juan  14:15Mateo 5:19.
  46. Jeffrey R. Holland, «The Second Half of the Second Century of Brigham Young University», discurso pronunciado en una conferencia universitaria de BYU, 23 de agosto de 2021; cursiva en el original.
  47. Véase 3 Nefi 11:11DyC 19:18–19.
  48. Lectures on Faith [Discursos sobre la fe](1985), 69 (6:7).
  49. DyC 59:8.
  50. Russell M. Nelson «El convenio sempiterno», Liahona, octubre de 2022. El presidente Nelson agregó en la nota final 3 de este discurso: «En Kerry Muhlestein , God Will Prevail: Ancient Covenants, Modern Blessings, and the Gathering of Israel , 2021,  se encuentra un análisis exhaustivo sobre hesed.
  51. Russell M. Nelson «Vence al mundo y hallar descanso», Conferencia General, octubre de 2022; cursiva en el original.
  52. Renlund, «Cómo acceder al poder de Dios»; véase Moroni 10:30–33DyC 132:19–20.
  53. DyC 76:69.
  54. Véanse Moroni 7:48.
  55. DyC 76:95.
  56. DyC 84:88.
  57. DyC 132:20.
  58. Patricia T. Holland, “‘One Thing Needful’: Becoming Women of Greater Faith in Christ, Ensign, octubre de 1987; cursiva en el original.
  59. Boyd K. Packer“Lehi’s Dream and You,”, discurso pronunciado en un devocional de BYU, 16 de enero de 2007; véase 1 Nefi 8:26–28,31–3311:35–3612:18.
  60. David A. Bednar, «Walk in the Meekness of My Spirit», discurso de conferencia de la universidad de BYU, 28 de agosto de 2017; véase también Guía para el Estudio de las Escrituras. “Mansedumbre, manso,”Iglesia de Jesucristo.
  61. DyC 25:16y 14.
  62. DyC 84:106.
  63. DyC 121:41.
  64. DyC 135:1.
  65. Joan of Arc, in Trask, Joan of Arc: In Her Own Words,177.
  66. Leer Traducción de José Smith, Mateo 27:54. Véase también, Mateo 27:50 pie de página “a”.
  67. Mateo 28:18.
  68. DyC 109:15,22,44, 77.
Barbara Morgan Gardner

Barbara Morgan Gardner, profesora de historia y doctrina de la Iglesia en BYU, pronunció este discurso devocional el 11 de julio de 2023.