
Eric “Rick” N. Jellen
El Dr. Eric “Rick” N. Jellen, profesor de genética en el Departamento de Ciencias de Plantas y Vida Silvestre, llegó por primera vez a la Universidad Brigham Young en 1980 para comenzar sus estudios universitarios. Los completó en 1986 con una licenciatura en agronomía. Sin embargo, el Dr. Jellen estaba lejos de terminar con su preparación y aprendizaje. Fue aceptado en el programa de posgrado en el cultivo de plantas en la Universidad de Minnesota. Allí obtuvo tanto su maestría como su doctorado mientras estudiaba bajo la dirección del hombre que lo había reclutado para el programa: el Dr. Don Rasmussen, originario de Ephraim, Utah. El Dr. Jellen fue decano asociado de la Facultad de Ciencias Biológicas en BYU desde 2015 hasta 2022.
El Dr. Jellen cuenta con una impresionante lista de publicaciones y ponencias. Su investigación se ha centrado en dos cultivos importantes: la quinoa y la avena. Aunque a algunos esto les pueda parecer un tema peculiar, la investigación del Dr. Jellen ha producido resultados valiosos para muchas personas. En su discurso titulado “Quinoa y olivos: fortalecer la viña del Señor”, él explicó:
“Nuestro grupo de investigación en BYU, que está dirigido por mí y los Doctores Jeff Maughan y David Jarvis, forma parte de un esfuerzo internacional para producir quinoa que esté mejor adaptada para crecer en todo el mundo, incluidos los trópicos de las tierras bajas. A los agricultores de África, el sur de Asia y las regiones bajas de América Latina les gustaría poder cultivar quinoa y alimentar a sus hijos con ella debido a su excelente contenido de proteínas y minerales”.
La investigación realizada por el Dr. Jellen y su equipo ha ayudado a los agricultores a incrementar significativamente la producción de cultivos a lo largo de los años.
Esta investigación también tiene una aplicación en el Evangelio. En su devocional, el Dr. Jellen también preguntó:
“Si la diversidad genética es tan importante para la supervivencia de los cultivos, ¿qué pasa en los seres humanos? Si bien la respuesta genética a esta pregunta es un rotundo sí, creo que la respuesta cultural a esta pregunta también es sí”.
Según el Dr. Jellen, lo que nos hace más fuertes como pueblo de Sion no es la homogeneidad, sino la diversidad; al abrazar los diferentes talentos y perspectivas de cada uno, en realidad podemos llegar a ser más unidos.