{"id":814,"date":"2024-04-26T06:30:00","date_gmt":"2024-04-26T06:30:00","guid":{"rendered":"https:\/\/speeches.byu.edu\/spa\/?post_type=speech&p=814"},"modified":"2024-05-15T22:44:55","modified_gmt":"2024-05-15T22:44:55","slug":"incertidumbre-humilde","status":"publish","type":"speech","link":"https:\/\/speeches.byu.edu\/spa\/talks\/j-scott-miller\/incertidumbre-humilde\/","title":{"rendered":"Incertidumbre humilde"},"content":{"rendered":"\n

Tenemos la intenci\u00f3n de modificar la traducci\u00f3n cuando sea necesario. Si tiene alguna sugerencia, escr\u00edbanos a speeches.spa@byu.edu<\/strong><\/em><\/p>\n\n\n\n

Estudiantes, ya ha pasado un mes del semestre. Para los nuevos estudiantes, hay mucho crecimiento por delante, y les invito a contemplar el momento, dentro de unos a\u00f1os, en que se reunir\u00e1n en este lugar vistiendo las togas de graduaci\u00f3n para recibir su t\u00edtulo. Para los que est\u00e1n a mitad de camino o terminando, les invito a recordar sus experiencias aqu\u00ed y a contemplar el valor que ha a\u00f1adido a su vida asistir a la universidad.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfQu\u00e9 pasar\u00eda si Dios nos diera lo que pedimos en lugar de lo que necesitamos?
<\/h2>\n\n\n\n

Ahora, imaginemos que durante la segunda semana de su primer semestre, mientras se lamentaban haber fracasado en un examen, hubieran enviado un mensaje de texto a sus padres cont\u00e1ndoles sus preocupaciones con respecto a la universidad. Consideren lo grande que habr\u00eda sido su alivio y su consuelo si hubieran conducido inmediatamente a Provo, les hubieran hecho las maletas y les hubieran llevado de vuelta a casa, donde un diploma falso, convenientemente comprado en l\u00ednea, reposaba sobre su cama junto con una nota en la que dec\u00eda: \u201c\u00a1De todas formas, no es m\u00e1s que un trozo de papel!\u201d. Sin embargo, estoy seguro de que ese alivio se les habr\u00eda pasado enseguida, sobre todo cuando se hubieran dado cuenta de que iban a vivir el resto de su vida en el s\u00f3tano de sus padres.<\/p>\n\n\n\n

La universidad es cualquier cosa menos \u201cun trozo de papel\u201d. Se trata de las experiencias \u00fanicas que se viven, la lucha y la confrontaci\u00f3n con las debilidades, el autodescubrimiento y la autosuperaci\u00f3n, la maduraci\u00f3n y el aumento de la sabidur\u00eda, y sobre todo el aprendizaje que se producir\u00e1 con los compa\u00f1eros de piso y los trabajos a tiempo parcial como, o incluso m\u00e1s que, en clase.<\/p>\n\n\n\n

En realidad, la vida misma se parece mucho a la universidad. Puede que haya momentos de temor en los que deseemos que las pruebas y los ex\u00e1menes sean m\u00e1s f\u00e1ciles o se eliminen por completo, y en los que ignoremos el hecho de que la vida es un sistema complejo dise\u00f1ado por unos amorosos Padres Celestiales para convertirnos en mejores personas y prepararnos para afrontar una eternidad de oportunidades cada vez mayores. A veces, cuando oramos para que nuestras pruebas terminen pronto, somos como estudiantes de primer a\u00f1o enviando a casa mensajes de autocompasi\u00f3n. Si Dios accediera de inmediato a nuestra petici\u00f3n, viniera corriendo y nos rescatara, entonces la eternidad podr\u00eda ser para nosotros como una experiencia en el s\u00f3tano.<\/p>\n\n\n\n

En cambio, Dios, como muchos padres sabios, sabe que de las dificultades y los desaf\u00edos que afrontamos saldr\u00e1n grandes cosas porque conoce nuestra identidad eterna. Nosotros, en cambio, la mayor parte del tiempo desconocemos esa identidad y vivimos siempre al borde de un camino oscuro e inexplicable que llamamos futuro, sin saber lo que nos depara. No podemos ver lo que nos espera, y la mayor\u00eda de las veces eso lo hace desalentador, por no decir totalmente aterrador.<\/p>\n\n\n\n

Esta ma\u00f1ana me gustar\u00eda explorar algunas ideas sobre c\u00f3mo podemos avanzar hacia el futuro y convertirnos en todo lo que Dios sabe que podemos llegar a ser. Una de las cosas que m\u00e1s me gustan de mi disciplina, la literatura comparativa, es que a menudo re\u00fane una variedad de obras literarias interesantes bajo la misma lupa, a menudo con resultados muy sorprendentes. En este contexto, me gustar\u00eda compartir la sabidur\u00eda y la belleza para afrontar nuestro futuro incierto ofrecida por un escritor japon\u00e9s y un poeta brit\u00e1nico.<\/p>\n\n\n\n

Kajii Motojir\u014d sobre la b\u00fasqueda de la belleza en la oscuridad<\/h2>\n\n\n\n

Kajii Motojir\u014d vivi\u00f3 una ef\u00edmera vida a principios del siglo veinte enfrent\u00e1ndose al siempre presente espectro de una muerte prematura por tuberculosis. En uno de sus ensayos creativos, escrito en 1927 y titulado \u201cA Picture Scroll of the Dark\u201d (Un pergamino ilustrado de la oscuridad), menciona haber le\u00eddo sobre un ladr\u00f3n de Tokio que tuvo \u00e9xito durante a\u00f1os porque desarroll\u00f3 la habilidad de robar casas en total oscuridad. Kajii contrasta a ese ladr\u00f3n con la mayor\u00eda de nosotros, que nos sentimos bastante indefensos en la oscuridad, y describe c\u00f3mo la oscuridad representa un l\u00edmite aterrador:<\/p>\n\n\n\n

\u00a1La oscuridad! En ella no podemos discernir nada; la oscuridad lo envuelve todo en olas densas y abrumadoras. \u00bfQui\u00e9n puede pensar en tal estado? \u00bfC\u00f3mo podemos avanzar si no sabemos lo que nos espera? No tenemos otra opci\u00f3n, pues, que avanzar de alg\u00fan modo, con pasos renuentes, el primero de ellos cargado de angustia, ansiedad y terror. Para dar ese paso puede que tengamos que reunir toda la ferviente desesperaci\u00f3n que necesitemos. . .\u00a1para pisar cardos con pies descalzos!<\/em> [\u68b6\u4e95\u57fa\u6b21\u90ce\u3001\u300c\u95c7\u306e\u7d75\u5dfb\u300d; traducci\u00f3n del autor]<\/p>\n\n\n\n

El pavor de ese primer paso en la oscuridad y su inescrutable mundo puede ser bastante angustioso, como si uno estuviera a punto de pisar espinosos cardos con los pies descalzos. La determinaci\u00f3n -o desesperaci\u00f3n- necesaria para dar ese paso explica por qu\u00e9 a menudo es m\u00e1s f\u00e1cil permanecer en una habitaci\u00f3n bien iluminada que adentrarse en la oscuridad y por qu\u00e9 la mayor\u00eda de nosotros preferimos utilizar linternas cuando caminamos por lugares oscuros. Aunque a menudo asociamos la oscuridad con el peligro, la ignorancia o el mal, constituye, en promedio, a la mitad de nuestra vida y, como cualquier astr\u00f3nomo confirmar\u00eda, nos abre a miles de millones de mundos. Sin embargo, nuestro miedo a la oscuridad nos hace vulnerables y puede llegar a paralizarnos.<\/p>\n\n\n\n

Kajii, que escribi\u00f3 su composici\u00f3n en un momento en que estaba convaleciente en una remota localidad de aguas termales, ve la oscuridad como una representaci\u00f3n muy palpable de su muerte inminente. Decide intentar hacer las paces con la oscuridad caminando voluntariamente por la noche sin linterna, regresando a casa desde la posada de su amigo solo en la penumbra. Aunque narra una serie de momentos aterradores, a\u00fan as\u00ed persiste en avanzar r\u00edo arriba por una estrecha calzada. A medida que repite este viaje, noche tras noche, sus ojos comienzan a abrirse -literal y figuradamente- a medida que ve conmovedoras escenas de belleza en la oscuridad: la silueta de los \u00e1rboles contra un cielo estrellado, una rana nocturna cazando insectos bajo una farola, el olor de las hojas c\u00edtricas destrozadas por una piedra que \u00e9l lanza hacia la oscuridad. Una escena en particular es destacable: el descubrimiento de un compa\u00f1ero de viaje en la oscuridad. Este es el pasaje:<\/p>\n\n\n\n

A lo largo del camino hab\u00eda una casa solitaria con un \u00e1rbol al frente. . . iluminada como por una linterna m\u00e1gica, s\u00f3lo ella brillaba exuberante en aquel paisaje inmenso y oscuro. La propia calzada se ilumin\u00f3 ligeramente en el sitio, pero esto hizo que las sombras m\u00e1s adelante fueran a\u00fan m\u00e1s oscuras al devorar el camino.<\/em><\/p>\n\n\n\n

Una noche vi a un hombre -como yo, sin linterna- caminando m\u00e1s all\u00e1 por el sendero. Lo vi porque su figura apareci\u00f3 de repente en el espacio iluminado frente a la casa. El hombre, de espaldas a la luz, se adentr\u00f3 gradualmente en la oscuridad y desapareci\u00f3. Observ\u00e9 toda la escena, conmovido de un modo extra\u00f1o y singular. Impresionado por la figura del hombre que desaparec\u00eda, pens\u00e9: \u201cDentro de poco me adentrar\u00e9 en la oscuridad igual que \u00e9l. Si alguien se situara aqu\u00ed, observando, probablemente me ver\u00eda desvanecer, igual que \u00e9l\u201d.<\/em><\/p>\n\n\n\n

Kajii hab\u00eda estado descubriendo la belleza oculta de la oscuridad por su cuenta, pero ahora ve a otra persona en el mismo camino oscuro -nada menos que delante de \u00e9l- caminando sin linterna. Llega a la conclusi\u00f3n de que el camino es todo menos solitario; hay otros que eligen caminar solos en la oscuridad de la noche para descubrir sus placeres est\u00e9ticos ocultos. Mientras observa al viajero desaparecer en la oscuridad, considera -quiz\u00e1 por primera vez- que podr\u00eda haber otros detr\u00e1s de \u00e9l, para quienes su repentina aparici\u00f3n y desaparici\u00f3n ser\u00edan igualmente impactantes, alentadoras e instructivas.<\/p>\n\n\n\n

Aunque hay muchas maneras de interpretar este encuentro, lo veo como uno que inspira esperanza. Vislumbrando a alguien m\u00e1s adelante recorriendo el mismo camino, Kajii discierne que al igual que uno puede descubrir la belleza y la tranquilidad en la oscuridad, tambi\u00e9n puede esperar que haya abundancia tanto de luz como de belleza en esa oscuridad que por ahora tememos como la muerte. Nuestro miedo a la oscuridad, o nuestros prejuicios contra ella, pueden cegarnos ante todo un mundo de experiencias nuevas y edificantes, y Kajii demuestra las recompensas de ejercer fe cuando nos adentramos en futuros inciertos.<\/p>\n\n\n\n

Podemos deducir de este pasaje que las cosas que tememos tambi\u00e9n tienen su lado positivo y que no debemos dejarnos consumir tanto por nuestros miedos e incertidumbres que abandonemos la esperanza y nunca avancemos. Hubo una raz\u00f3n por la que Mois\u00e9s, Lehi y Brigham Young recibieron la orden de abandonar la comodidad y la seguridad de sociedades m\u00e1s estables y civilizadas y partir hacia el desierto. All\u00ed les esperaban la zarza ardiente, la Liahona y Si\u00f3n. En nuestras propias vidas, cuando reunimos la fe necesaria para enfrentarnos a nuestras dudas y temores aventur\u00e1ndonos en la oscuridad de lo desconocido, podemos llegar a aprender que una fe simple puede ser tan delicada como la luz de las estrellas, pero que tambi\u00e9n puede guiar nuestro viaje, inmutable como la Estrella Polar.<\/p>\n\n\n\n

T. S. Eliot y la oscuridad de Dios<\/h2>\n\n\n\n

Un autor contempor\u00e1neo a Kajii, pero que viv\u00eda al otro lado del mundo, nos ofrece ideas similares sobre c\u00f3mo encontrar la esperanza en la oscuridad. T. S. Eliot fue un escritor modernista brit\u00e1nico cuyo poema \u201cEast Coker\u201d, publicado el Domingo de Pascua de 1940, trata de la conversi\u00f3n de Eliot al cristianismo a los treinta a\u00f1os. Al igual que Kajii se aventura en la oscuridad en busca de la belleza, el poema de Eliot describe la b\u00fasqueda de Dios en la quietud de la oscuridad:<\/p>\n\n\n\n

Dije a mi alma, calma, y deja que la oscuridad venga sobre ti<\/em> <\/p>\n\n\n\n

La cual ser\u00e1 la oscuridad de Dios. Como en un teatro,<\/em> <\/p>\n\n\n\n

Las luces se apagan, para que la escena cambie [Four Quartets<\/em>, N\u00ba 2, parte III].<\/p>\n\n\n\n

Eliot sugiere que \u201cla oscuridad de Dios\u201d no es un vac\u00edo sino un lugar de posibilidades, un espacio melanc\u00f3lico en el que se alinean infinitas oportunidades, como estar en un teatro a oscuras esperando el siguiente acto de una obra. Nuestra b\u00fasqueda espiritual en la vida implica una serie de viajes entre zonas de luz y oscuridad. Eliot describe una sensaci\u00f3n de temor a medida que avanzamos hacia \u201cla oscuridad de Dios\u201d en b\u00fasqueda de la verdad espiritual lo que es paralelo a la observaci\u00f3n inicial de Kajii. Eliot escribe:<\/p>\n\n\n\n

O como cuando el vag\u00f3n del metro se detiene en el t\u00fanel entre dos estaciones<\/em> <\/p>\n\n\n\n

Y la conversaci\u00f3n se eleva y luego poco a poco se desvanece en silencio<\/em> <\/p>\n\n\n\n

Y uno ve ahondarse el vac\u00edo mental detr\u00e1s de cada rostro<\/em> <\/p>\n\n\n\n

Queda s\u00f3lo el terror creciente de no tener ya nada en qu\u00e9 pensar <\/em>[Parte III].<\/p>\n\n\n\n

Los pasajeros de Eliot se han acostumbrado tanto a avanzar a toda velocidad en un mundo iluminado artificialmente que empiezan a entrar en p\u00e1nico cuando se enfrentan a la oscuridad est\u00e1tica, un pavor similar al que podr\u00edamos sentir en el momento en que nos damos cuenta de que hemos dejado el tel\u00e9fono en casa y no podremos acceder a \u00e9l durante horas. Como sugiere Eliot, nuestro abrumador miedo a la oscuridad puede ser paralizante, d\u00e1ndonos la sensaci\u00f3n de que ni siquiera podemos pensar, pero contin\u00faa insinuando que algunas de nuestras mayores oportunidades de aprendizaje ocurren en nuestros momentos m\u00e1s oscuros. En lugar de permanecer inm\u00f3viles en nuestro miedo, podemos extender la mano y descubrir a Dios en esos momentos oscuros.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfCrisis de fe o crisis de incertidumbre?<\/h2>\n\n\n\n

\u00bfQu\u00e9 tienen en com\u00fan las observaciones de estos dos escritores tan diferentes? Tanto Kajii como Eliot utilizaron la luz y la oscuridad como poderosas met\u00e1foras de una especie de b\u00fasqueda espiritual: pasar de lo conocido a lo desconocido, de lo familiar y cotidiano a los reinos ocultos de lo posible. Ambos autores tambi\u00e9n sugieren que, cuando estamos siempre inmersos en la luz artificial, podemos llegar a esperar que las respuestas simplemente aparezcan todo el tiempo, acostumbrados como estamos a la iluminaci\u00f3n constante; de ah\u00ed el terror en las caras de los pasajeros del metro y nuestro miedo a dar un paso adelante en la oscuridad.<\/p>\n\n\n\n

Tal temor puede explicar por qu\u00e9 a veces somos reacios a avanzar por el camino del crecimiento espiritual que nos lleva a la oscuridad de las cosas que no sabemos o de las que dudamos. Para hacer eco a Kajii: \u201c\u00bfC\u00f3mo podemos avanzar si no sabemos lo que nos espera?\u201d. Tal vez, como se\u00f1al\u00f3 Kajii, cuando nos disponemos a poner a prueba nuestra fe una vez m\u00e1s dando un paso hacia el vac\u00edo, s\u00f3lo esperamos un dolor punzante. O tal vez, al igual que los pasajeros de Eliot, cuya mente se queda en blanco, dudamos debido al miedo al vac\u00edo espiritual, un terror creciente a no tener nada en lo que creer. Este estado, a menudo descrito como una crisis de fe, es m\u00e1s exactamente una crisis de incertidumbre, una crisis alimentada por nuestra confrontaci\u00f3n con diferentes tipos de duda, todos presentes en el momento en que nos encontramos al borde de nuestra zona de confort espiritual, mirando fijamente a lo desconocido.<\/p>\n\n\n\n

Aunque a menudo pensamos en la duda simplemente como sin\u00f3nimo de incredulidad voluntaria, me gustar\u00eda sugerir que distintos tipos de duda nos afectan de maneras diferentes. Perm\u00edtanme describir tres tipos: dos tipos de dudas que atrofian, arraigadas en el orgullo y el miedo, y un tercer tipo de duda que expande el alma, arraigada en la humildad y la fe.<\/p>\n\n\n\n

1. Duda de deserci\u00f3n<\/strong><\/em><\/h2>\n\n\n\n

Observar a otras personas aplicando la fe en sus vidas puede ser una experiencia estimulante. Puede parecer tan natural y f\u00e1cil, como la actuaci\u00f3n de un m\u00fasico virtuoso, que nos olvidamos de las largas horas de pr\u00e1ctica que le llev\u00f3 al int\u00e9rprete adquirir esa habilidad. Este fue ciertamente el caso cuando Oliver Cowdery estaba ayudando a Jos\u00e9 Smith a traducir el Libro de Morm\u00f3n. Oliver, un profesor dotado, debi\u00f3 sentirse ansioso por probar el milagro de la traducci\u00f3n que Jos\u00e9, su antiguo alumno, parec\u00eda hacer con aparente facilidad. Despu\u00e9s de consultar al Se\u00f1or, Jos\u00e9 le dio a Oliver la oportunidad de intentarlo, y el resultado fue uno de los conceptos m\u00e1s instructivos de las escrituras de los \u00faltimos d\u00edas: debes estudiarlo en tu propia mente y luego pedirle a Dios una respuesta a tu decisi\u00f3n (v\u00e9ase D. y C. 9:7\u20138<\/a>). En el caso de Oliver, esta f\u00f3rmula funcion\u00f3 bien, hasta que el miedo de Oliver socav\u00f3 su capacidad para traducir.<\/p>\n\n\n\n

El Se\u00f1or no conden\u00f3 a Oliver por su temor, y de hecho se\u00f1al\u00f3 c\u00f3mo Oliver y Jos\u00e9 formaban un equipo de traducci\u00f3n bien equilibrado. Sin embargo, Oliver, quien ejerci\u00f3 la fe pero no obtuvo los mismos resultados que Jos\u00e9, pas\u00f3 una d\u00e9cada reflexionando sobre sus limitaciones e incertidumbres, y luchando con su orgullo frente al liderazgo de Jos\u00e9, antes de separarse temporalmente de la Iglesia. Despu\u00e9s de deambular de lado a lado, volvi\u00f3 una vez m\u00e1s al consuelo y las bendiciones de su fe. Sin embargo, el precio que pag\u00f3 por ceder a sus dudas y alejarse fue alto, dada la riqueza de manifestaciones espirituales y bendiciones que se perdi\u00f3 en su ausencia.<\/p>\n\n\n\n

Cuando dudamos de nosotros mismos o de Dios porque nuestro viaje espiritual personal es diferente al de los dem\u00e1s, o cuando nuestro orgullo se ve herido en las interacciones cotidianas con los compa\u00f1eros de viaje a lo largo del camino, podemos, como Oliver, sentir como si las luces se hubieran apagado y encontrarnos inquietos en nuestros asientos del teatro, sin saber muy bien qu\u00e9 est\u00e1 pasando o disgustados por lo sucedido en el primer acto de la obra. En nuestra impaciencia o insatisfacci\u00f3n, podemos salir del teatro demasiado pronto, abandonando nuestra fe y el crecimiento personal que nos aportar\u00e1 por alg\u00fan distractivo espect\u00e1culo secundario. Llamo a esta crisis de incertidumbre \u201cduda de deserci\u00f3n\u201d porque nos alejamos prematuramente de nuestras mejores oportunidades de aprender y crecer.<\/p>\n\n\n\n

2. Duda de negaci\u00f3n<\/em><\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Un segundo tipo de duda es similar a tener miedo compulsivo a la oscuridad. En este caso, evitamos reconocer cualquier incertidumbre (cosas que no sabemos, cosas que secretamente tememos que no sean ciertas o cosas que no podemos saber en este momento) y, en su lugar, nos centramos \u00fanicamente en lo que sabemos con certeza. Ignoramos convenientemente la afirmaci\u00f3n de Alma de que la \u201cfe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas\u201d (Alma 32:21<\/a>). Al estar cegados por nuestra propia predisposici\u00f3n a tener certeza, tambi\u00e9n podemos ser ciegos a las luchas de los dem\u00e1s, ya sea porque fingimos no tener ninguna o porque tememos que sus dudas envenenen nuestra tenue fe. Esa petulancia puede conducir a la autojustificaci\u00f3n o incluso a la persecuci\u00f3n de otros que en realidad est\u00e1n m\u00e1s en sinton\u00eda con sus propias limitaciones.<\/p>\n\n\n\n

Al elegir quedarnos en nuestro lugar seguro pero limitado, en realidad no estamos practicando la fe, sino m\u00e1s bien permitiendo que esta permanezca dormida. La fe s\u00f3lo se materializa cuando actuamos sobre ella y avanzamos hacia la oscuridad paso a paso, confiando en el impulso y la trayectoria que nuestra fe nos fija. Cuando tememos a nuestra incertidumbre, nos movemos espiritualmente de lado porque somos ciegos a nuestras debilidades y quedamos estancados por esa ceguera en nuestra capacidad para fortalecer a otros y alimentar a las ovejas de Cristo. Esto constituye una crisis tanto de fe como de humanidad, o quiz\u00e1s una crisis de fe en la humanidad, porque nos a\u00edsla y nos impide conectar con los dem\u00e1s y aliviarnos mutuamente.<\/p>\n\n\n\n

\u00c9ste era el caso de Zoram y sus seguidores, cuyo mantra en el Rame\u00famptom giraba en torno a su superioridad. Sus creencias fundamentales hab\u00edan sido extirpadas limpiamente de todas las incertidumbres que estimulan la fe: ning\u00fan Dios f\u00edsico ausente; ning\u00fan futuro Unig\u00e9nito en la carne; ninguna duda sobre la posici\u00f3n de uno ante Dios, ya que todos (con dinero) eran salvos; ninguna culpa, ya que se ve\u00edan a s\u00ed mismos como \u201cun pueblo electo y santo\u201d (Alma 31:18<\/a>); y ning\u00fan temor al error, ya que Dios los hab\u00eda elegido y por lo tanto \u201cno pod\u00edan ser llevados\u201d (Alma 31:17<\/a>; v\u00e9anse tambi\u00e9n los vers\u00edculos 15\u201318<\/a>).<\/p>\n\n\n\n

Cuando evitamos enfrentarnos a la duda, nuestro propio miedo a ella puede impedirnos crecer espiritualmente. Al mirar hacia lo desconocido, podemos temer tanto la vulnerabilidad que ignoramos e incluso intentamos ocultar nuestras debilidades, restringimos el alcance de nuestras creencias , y nos distanciamos de aquellos cuyas vidas son complicadas por pruebas y tribulaciones. Llamo a esta crisis de incertidumbre \u201cduda de negaci\u00f3n\u201d porque permitimos que el miedo bloquee nuestro progreso.<\/p>\n\n\n\n

3. Incertidumbre Humilde<\/em><\/strong><\/h2>\n\n\n\n

Tanto la duda de deserci\u00f3n como la de negaci\u00f3n proceden del orgullo y del miedo, limitando nuestro crecimiento y reduciendo nuestra fe. Sin embargo, hay un tipo de duda que expande el alma y que procede de una actitud de humildad, la especie de humildad que admite abiertamente nuestras debilidades. Cuando comenzamos a vernos a nosotros mismos y a nuestras debilidades con claridad, llegamos a un estado de vulnerabilidad similar al que afront\u00f3 Jos\u00e9 Smith sin darse cuenta cuando se preparaba para la Arboleda Sagrada. Atribulado por sus propias debilidades, Jos\u00e9 estaba preocupado por su posici\u00f3n ante Dios, y mientras buscaba confirmaci\u00f3n, su estudio de las religiones locales le trajo otras incertidumbres -la m\u00e1s importante, su pregunta sobre cu\u00e1l era la verdadera, si es que alguna lo era. Como en el caso de Jos\u00e9 Smith, nuestras incertidumbres se basan muy a menudo en lo personal y luego pasan a lo doctrinal: sentimos nuestros fracasos, nos preguntamos por nuestra condici\u00f3n ante Dios, nos cuestionamos si Dios nos ama de verdad y luego tratamos de encontrar a Dios. Este no es un camino de conversi\u00f3n poco com\u00fan; es uno compartido por los primeros miembros de la Iglesia en esta dispensaci\u00f3n y puede ser similar al suyo tambi\u00e9n.<\/p>\n\n\n\n

Si somos honestos sobre nuestras propias debilidades, algunos de nosotros podemos estar m\u00e1s inseguros de nosotros mismos que del Evangelio, mientras que otros pueden enfatizar las incertidumbres doctrinales para ocultar las dudas sobre s\u00ed mismos. En ambos casos, la pregunta \u201c\u00bfPodemos ser fieles a la verdad?\u201d puede eclipsar \u201c\u00bfPuede ser verdad?\u201d Satan\u00e1s se aprovecha de nuestro persistente sentimiento de indignidad y duda cuando nos invita a compararnos con los dem\u00e1s, una disonancia que los perfiles de las redes sociales suelen amplificar.<\/p>\n\n\n\n

En el n\u00facleo de la duda sobre uno mismo hay una confrontaci\u00f3n muy real con la oscuridad desconocida de lo que realmente somos, de nuestro pleno potencial. Si reunimos la fe para pisar ese cardo en particular, para comprometernos plenamente con nuestras propias debilidades a medida que el Esp\u00edritu nos las revela, y en ese estado de humildad nos acercamos a Dios con fe, sabemos que \u00c9l har\u00e1 \u201cque las cosas d\u00e9biles sean fuertes para\u201d nosotros (\u00c9ter 12:27<\/a>) y que encontremos belleza y esperanza en la oscuridad. Si estamos avanzando sinceramente en nuestro progreso espiritual, entonces debemos esperar e incluso abrazar las oportunidades de enfrentarnos a preguntas e incertidumbres que nos humillen y nos ayuden a ampliar y fortalecer nuestra fe.<\/p>\n\n\n\n

Dios sabe que, independientemente de lo poderosa o eficaz que haya sido nuestra fe en el pasado, cada nueva experiencia en la vida requiere que recurramos a nuestra fe de una manera nueva. Aunque hayamos ejercido con \u00e9xito una gran fe e incluso hayamos presenciado milagros, el peligro es muy real. Si no avanzamos activamente y ejercemos nuestra fe en medio de nuevos desaf\u00edos, podr\u00edamos sentirnos demasiado c\u00f3modos en nuestro conocimiento limitado o incluso temer avanzar hacia un futuro incierto. (De hecho, corremos el riesgo de convertirnos en algo parecido al t\u00edo Rico de Napoleon Dynamite con las experiencias que promueven la fe, revivi\u00e9ndolas en lugar de tener otras nuevas).<\/p>\n\n\n\n

Dados los peligros que la autosatisfacci\u00f3n o la petulancia suponen para nuestro potencial de crecimiento, la vida nos ofrece multitud de desconcertantes pistas, paradojas y contradicciones que nos recuerdan que a\u00fan no comprendemos todo el panorama. En lugar de advertirnos que evitemos estos misterios, Dios nos anima a mirar de cerca y observar el mundo que nos rodea, a estudiarlo detenidamente; \u201ccosas tanto en el cielo como en la tierra\u201d (D. y C. 88:79<\/a>); \u201ctodos los buenos libros. . . idiomas, lenguas y pueblos\u201d (D. y C. 90:15<\/a>); as\u00ed como \u201clas guerras y las perplejidades de las naciones\u201d (D. y C. 88:79<\/a>). A lo largo del camino tendremos preguntas -necesitaremos tener preguntas- y llegaremos a comprender que, como en la universidad, cuanto m\u00e1s aprendemos, m\u00e1s nos damos cuenta de lo poco que sabemos en realidad. Es cuando combinamos la humildad sobre los l\u00edmites de nuestro conocimiento con preguntas honestas sobre las perplejidades de la vida cuando demostramos el tipo de incertidumbre humilde que expandir\u00e1 nuestras almas.<\/p>\n\n\n\n

Una respuesta inesperada<\/h2>\n\n\n\n

Me gustar\u00eda ilustrar m\u00e1s esta noci\u00f3n con una historia personal sobre una de mis propias crisis de incertidumbre. Ocurri\u00f3 un verano, a mediados de mi adolescencia, cuando trabajaba en un remoto campamento Scout, un refugio acogedor frente a la agitaci\u00f3n de mi hogar, debido a que mis padres se estaban divorciando. Viv\u00eda solo en una tienda de campa\u00f1a y sol\u00eda llevarme por la noche mi \u201cprototipo de i-Pod\u201d -un reproductor port\u00e1til de cintas de casete- a una colina con vistas al lago y pon\u00eda m\u00fasica mientras observaba las estrellas y contemplaba mi min\u00fasculo lugar en el cosmos. A veces incluso intentaba ir y volver de mi destino sin linterna, sobre todo si el cielo nocturno estaba despejado y la luna brillaba, un viaje que era emocionante y aterrador al mismo tiempo (y que me ayud\u00f3 a identificarme con Kajii cuando le\u00ed su ensayo a\u00f1os m\u00e1s tarde). Comenzaba y terminaba el d\u00eda en mi tienda leyendo el Libro de Morm\u00f3n y, a pesar de mi confusi\u00f3n interior, sent\u00eda que las palabras que le\u00eda me tranquilizaban cada vez m\u00e1s.<\/p>\n\n\n\n

Muchas tardes, despu\u00e9s de la cena, algunos de los empleados de m\u00e1s edad y m\u00e1s mundanos expresaban sus quejas sobre la Iglesia, criticaban a varios l\u00edderes eclesi\u00e1sticos, repet\u00edan como loros las opiniones c\u00ednicas de sus profesores mundanos y, en general, denigraban a las personas y las pr\u00e1cticas sagradas que yo apreciaba. He aprendido que eso es lo que hacen algunas personas despu\u00e9s de cenar, pero en aquel momento lo que dec\u00edan era nuevo para m\u00ed, y me sent\u00ed compelido a escuchar. A veces intentaba rebatir sus opiniones, pero eso me pon\u00eda en el inc\u00f3modo papel de antagonista, algo que no encajaba bien en alguien de mi edad (y estatura). As\u00ed que me limit\u00e9 a escuchar, meditando sus cr\u00edticas.<\/p>\n\n\n\n

R\u00e1pidamente me di cuenta de que dejarme llevar por su cinismo pon\u00eda en peligro mi propia fe. Bajo las cosas inquietantes que o\u00eda en el comedor estaban mis propias dudas sobre mis defectos y fracasos personales. Dichas dudas giraban en torno a los nuevos retos a los que me enfrentaba mientras aprend\u00eda a ense\u00f1ar a Scouts rebeldes, pero sobre todo en torno a mi creciente conciencia de las debilidades personales que nuestros problemas familiares sacaban a la luz.<\/p>\n\n\n\n

Enfrent\u00e1ndome a la terrible oscuridad de la incertidumbre personal y doctrinal, decid\u00ed orar, planteando mi pregunta con sencillez: \u201c\u00bfEs la Iglesia realmente verdadera?\u201d. Detr\u00e1s de esa pregunta hab\u00eda otra impl\u00edcita: \u201c\u00bfPuedo realmente ser fiel a la Iglesia?\u201d. Cuando finalmente lleg\u00f3 la respuesta, tras un per\u00edodo de tensi\u00f3n y suspenso, no fue en forma de un s\u00ed o un no, sino de profundos sentimientos de amor y paz interior acompa\u00f1ados de una singular y distinta impresi\u00f3n de que mi alma era eterna.<\/p>\n\n\n\n

Aquella respuesta totalmente inesperada me ense\u00f1\u00f3 lo poco que s\u00e9 sobre la naturaleza de nuestra existencia en general y del amor absoluto de Dios en particular. Se convirti\u00f3 en una parte inseparable de mi forma de relacionarme con los dem\u00e1s y con el mundo. Desde entonces, mi vida se ha visto salpicada de momentos espor\u00e1dicos de humilde incertidumbre, seguidos de respuestas a oraciones que no esperaba, respuestas que revelan las limitaciones de mis irracionales expectativas y que me transforman en algo mejor de lo que imagino.<\/p>\n\n\n\n

\u201cPara nosotros, s\u00f3lo existe el intentar\u201d<\/h2>\n\n\n\n

Ahora bien, no hay nada tan emocionante como ver a alguien aprender y crecer, como cualquier padre puede corroborar. Dios siente lo mismo y ha establecido un plan para que todos podamos pasar nuestra escuela mortal. Dios no los reprobar\u00e1 por haber cometido errores; de hecho, el plan de Dios depende de que cometamos errores. \u00c9l quiere que exploremos toda la dimensi\u00f3n de la vida, tanto la diurna como la nocturna, caminando a la luz de la fe y abri\u00e9ndonos paso en per\u00edodos de incertidumbre.<\/p>\n\n\n\n

Alexander Pope ha se\u00f1alado que \u201caprender poco es peligroso\u201d (An Essay on Criticism<\/em>, 1711, parte II, l\u00ednea 15). A veces es f\u00e1cil, en el proceso de aprendizaje, suponer que nuestras inadecuadas palabras o incompletas facultades de razonamiento son suficientes para describir y medir todo el cosmos, pero cuando se trata de realmente entender la creaci\u00f3n, como Jos\u00e9 Smith dijo, somos como \u201cun beb\u00e9 en el regazo de su madre\u201d (citado en Wilford Woodruff, CR<\/em>, abril de 1898, 57). Perdemos oportunidades de descubrimiento cuando nos centramos s\u00f3lo en la luz de lo que conocemos y tememos explorar lo que hay m\u00e1s all\u00e1 de esa familiaridad. Del mismo modo, cuando cometemos errores o tropezamos en la oscuridad, resulta tentador refugiarnos en el s\u00f3tano de nuestros padres o abandonar por completo nuestro viaje.<\/p>\n\n\n\n

Eliot concluye su poema \u201cEast Coker\u201d con la siguiente reflexi\u00f3n sobre el proceso de conversi\u00f3n:<\/p>\n\n\n\n

Debemos estar inm\u00f3viles y sin embargo movernos Hacia otra intensidad En busca de una mayor uni\u00f3n, una comuni\u00f3n m\u00e1s profunda. . . .
. . . En mi fin est\u00e1 mi principio<\/em> [Parte V].<\/p>\n\n\n\n

El poeta capta elocuentemente la esencia de nuestro reto de crecer espiritualmente. Debemos \u201cpermanecer en calma\u201d -como en silencio, esperando esperanzada y pacientemente en la oscuridad- y \u201cen movimiento hacia una nueva dimensi\u00f3n\u201d, avanzando r\u00e1pidamente hacia la uni\u00f3n con Dios y la comuni\u00f3n con los dem\u00e1s santos que tambi\u00e9n caminan en la oscuridad, impulsados por la fe. El final del camino iluminado marca el comienzo de nuestro viaje espiritual; avanzar es enfrentarse a la oscuridad.<\/p>\n\n\n\n

Al igual que Kajii, cuando reunimos el valor y la fe para adentrarnos en la oscuridad, s\u00e9 que, a pesar del miedo y del reto de \u201cno saber lo que nos espera\u201d, descubriremos una belleza que nunca hubi\u00e9ramos imaginado, adem\u00e1s de compa\u00f1eros de viaje. De hecho, cuando permitimos que nuestra fe nos impulse m\u00e1s all\u00e1 de los confines de nuestro limitado conocimiento actual, hacia una humilde incertidumbre, podemos descubrir cosas m\u00e1s grandes iluminadas por la tenue luz de nuestra fe, incluso a Cristo caminando delante de nosotros, mostr\u00e1ndonos el camino a seguir y proporcion\u00e1ndonos respuestas que no esper\u00e1bamos.<\/p>\n\n\n\n

Este acto se repetir\u00e1 una y otra vez en nuestras vidas si vamos por el buen camino, porque esta experiencia transformadora es el n\u00facleo de todo verdadero aprendizaje y toda verdadera sabidur\u00eda. El poema de Eliot describe el alcance de nuestra responsabilidad en este proceso: \u201cPara nosotros, s\u00f3lo existe el intentar\u201d (parte V). Es un principio de crecimiento -y un art\u00edculo de fe personal- que intentar, e intentar siempre, nos llevar\u00e1 en \u00faltima instancia al conocimiento que buscamos. Ruego que tengamos la fe necesaria para seguir adentr\u00e1ndonos humildemente en el incierto vac\u00edo, trascendiendo nuestra d\u00e9bil comprensi\u00f3n y, mediante la fe y la perseverancia, lleguemos a contemplar las maravillas y las bellezas de toda la creaci\u00f3n, en el nombre de Jesucristo, am\u00e9n.<\/p>\n\n\n\n

\u00a9 Brigham Young University. 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